sábado, agosto 27, 2011

Mujer casa de Dios



Reconozco que te conozco porque un día yo salí a a buscarte
no sabía de tí, sólo quería encontrarte y sentir la intimidad
el contacto espiritual, que lo rebasa todo y todo lo ilumina.
Esas eran mis expectativas, mi meta y no renunciaría a ella ni por el dinero,
posición, comodidad, autocompasión, por nada.

Y llegaste y te creí y te creé.

Hoy vivo albergando los silencios de las palabras que puse en tu boca,
la oscuridad de la luz con que yo iluminé tu corazón siempre escondido para mí
los sobres vacíos de las cartas donde vaciaba mi corazón para llenar el tuyo

mi  banca vacía de ti en el templo donde inventé en misa de seis tantos domingos
la santidad de tu alma, tu carisma místico, tu sinceridad espiritual,

la fealdad de tu rostro que embellecí con mi ansia de que amaras la Verdad
el azul de tus ojos en realidad más oscuros que lo negro profundo de la doble intención

el irrespeto que quise convertir en inexperiencia hacia mi corazón y mi cuerpo
lo ausente de tu mirada cuya presencia pretendía que ataba con mi mejor vestido

las traiciones caleidoscópicas que usé para fabricarte fiel, tejiendo tus pretextos
los retrasos que me hacen TODAVIA contar los altos de los semáforos
en las esquinas de tus ausencias,

el descrédito por el que que deseé e inventé que rezábamos el mismo credo:
primero Dios,y después el nosotros, lo nuestro, lo demás y los otros y las otras

 la dolorosa deshonra de ser tu preferida; disfraz que pretendí ocultar de mí misma
sin conseguir jamás conceptualizar en tu corazón tu deseo de ser  yo  para ti la única

la turbia presencia de la falsedad que se defiende asesina y cuya convicción
mentirosa es más fuerte en tí que la paz de pedir perdón y corregir el dolor y la mentira

la incapacidad para decir la verdad aún en las cosas pequeñas forjada  con el hierro doloroso de las armas con que te defiendes contra la verdad como de la muerte misma

el cadáver de ti ante mí, cuya muerte disimulé para no sentir que te insulfé
 veintitantos años  mi propia vida

 Reconozco que no te conozco ni desde cuando decías que yo era todo para tí
y yo lo creaba y lo creía.
Llegó el momento de sólo albergar en mí lo amable de mi vida, lo deseable, lo útil
cosas de risa , de Verdad y Vida . Confiar en mi credo que no porque hayas fingido creerlo
no sirva, amar en mí lo que nunca hubo en ti y te trasplanté y murió como injerto
malogrado, mientras yo dos veces moría.

Hoy sé quien eres  y quien soy y tu no me gustas y yo me gusto mucho,
y  me gusta Dios, el perdón, el desapego, la libertad , la fidelidad, ser puntual,
decir lo que se piensa y la transparencia, el respeto, el amor exclusivo,
la humildad,  la mirada clara, el rostro amable, el trato digno, la lealtdad, la paz
y me gusta mucho la alegría.
Y me perdono por haberte engañado tanto tiempo con un fantasma
al que amé por lo visto más que a mí misma, por mi ceguera de tanto buscarte en lo oscuro,
por traicionarme, por llegar tarde a mi encuentro, por huír de mi conciencia
por dejar a Dios solo,  por decirle amor al apego, al dolor, a la mentira.

Me perdono y me habito de nuevo “Ischabetel” mujer casa de Dios vuelvo a ser.

A ti no tengo qué perdonarte sólo jugaste el papel que elegí para ti en mi vida
mientras allá de la cortina eres aún quien no eres a la luz si acaso conoces lo que es vivir  a plena luz sin morir de día.

Ya no sé si Amor me llama o me olvida, no quiero morir amando lo muerto de mí misma,
sé que Dios quiere que ame y que viva eternamente que viva.
ya sé la verdad ahora decido si te amo así como eres amando primero a Dios y a mí y  vivir tranquila con la hermosa distancia de respetarme , con Cristo hoy, centro de mi vida.
Ya no tengo que inventar amor, verdad, compañía, santidad, paz, voz,
 mirada transparente y profunda, sonrisa, dignidad, FIDELIDAD, amor EXCLUSIVO,
amor a la Verdad, sinceridad y empatía, lo encontré y eternamente más en Dios, en Cristo y en María.
Corazón nuevo que canta, perdona y camina, como de niña, sí te amo, como Dios ama
y me ama y trato de poder perdonarte como El me perdona cada día,
tal vez no lo he logrado, tal vez sólo te he perdonado como yo misma, pero El me ayuda
y seguro lo logro, por lo pronto sé que te amo y ya no te invento ni te pido lo que no eres,
sólo le pido a Dios que no duela , que ya pasó la sorpresa y la falsa sonrisa.
Eres libre mi corazón ya no te necesita. Lo tengo a El, sobre todas las cosas lo demás es regalo y compañía.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Coincidir es milagroso cuando se busca y se encuentra el mismo rayo de Luz. Clara Lenz