Charla inductiva para los primeros seminaristas de la Comunidad Juan Pablo Magno
Porqué estamos aquí, hoy?
en éste seminario, semillero de formadores, de sacerdotes, de hombres deconfianzade Dios a quienes
les da el encargo de custodiar a su pueblo, de custodiar el -cuerpo de su Hijo-
hombres de confianza de Dios.
¿Qué me hace querer ser sacerdote?
Soy bautizado, soy iglesia, soy miembro del cuerpo de Cristo, y de entre todas las posibles ocupaciones que el mundo ofrece; ésta es la mía. Dios me llama a su servicio,
¿Cómo?
Me hace intuír que los hombres le necesitamos ahora mismo, necesitamos pensar en El, hablar de El, creer en El, esperar en El, vivir en El, ser de El, para no errar el camino que mi felicidad me indica es el más corto y el menos doloroso (para todos).Alguien que permanece en Dios , desde Dios actúa y Dios a nadie lastima, hiere, mutila , esclaviza, asesina.
Cómo?
Antes pensaba que era mi vida tan especial para Dios, tan luminosa y llamada a lo alto, que me imaginaba un libro: mi legado para alguna futura generación, mi vida, con mi nombre y todo escrito en una portada con caligrafia dorada,con pasta dura.
Un libro al que los hombres inteligentes llegarían a buscar . Tenía índice, temas, mi infancia, adolescencia, mis pecados, mi llamado,mis padres y hermanos, mi matrimonio tan perectoy para toda la vida y de Dios, mis hijos,
todo sin fallo porque se lo encomendé a Dios, y El no podía hacerme quedar mal ante todos , le dije un día que yo lo había premiado a El, que quería ser santa, por fin mis dotes todas y talentos eran para Él, pero todo dentro de mis posibilidades, bajo mi economía, dentro de mi anuencia, "si Dios te serviré de aquí acá y moriré así y soportaré por Tí las burlas y calumnias de todos tus enemigos. Tal vez te deje escoger mi modo de morir.
A qué voy?
Un día llevé mi computadora de 3 años de uso a que le quitaran un virus , con todos mis archivos congelados, tenia fotos, documentos, trabajos escolares de toda la familia desde preescolar hasta universidad, canciones unas 2000. Todo se borró. Algo hicieron mal y todo se borró.
Pero sentí un peso menos, raramente. Paralelamente a esto en un retiro yo fui re-formatada, se nos invitó a abrirle las puertas a Cristo y a dejarlas abiertas, para entonces yo había entendido que Dios queria mis recuerdos, al paso de los días veía mi vida-libro y le cedí el título, despues el indice, el prólogo, el número de hojas pero no le había soltado mi final, le dejé mi final. yo pensaba que si hacía todo bien, el final me gustaría mucho y ya lo había escogido.
Según yo vivía entragada a Dios pero yo había escrito el guión completo de mi vida para El.
Y su papel en mi vida.
Cierto día desperté: y ví mi vida desdibujada.
Dios había tomado el mando y partía sin retorno a una vida desconocida para mí pero no para Dios.
Yo que pensaba pasar por el mundo dejando como huella mi vida como libro escrito, palabra por palabra,
entendí que si acaso mi nombre se recordaba pero,ya no era necesario mientras el proyecto de Dios se cumpliera acso era yo un punto, un acento de la historia de Dios escrita eternamente, acaso no figuraba, entonces era un silencio, un espacio en blanco, una hoja blanca, una pausa entre dos palabras y entendí que yo no soy nada y esa nada es la que le puede servir a Dios de algo.
A qué voy?
Al Abando, a la donación, la que es sacrificio y esperanza, la que desconoce los caminos, los cómos, pero no los porqués ni por quién, que no se pierde porque oye la Voz de Dios en su interior, al abandono de cederle a Dios los méritos, la inteligencia, los cansancios, las caídas, y suplicarle cada día nos permita hacer su voluntad y no la nuestra, salvaje, instintiva, indómita y orgullosa hasta de ser de Dios. Y pedirle que nos renueve su {Santo Esp+iritu cada día
¿A quién sigue el pastor?
Un sacerdote es pastor con el Pastor, o se pierde. Un seminarista se sabe en formación y necesita saber discernir para obedecer a Dios siempre antes que a los hombres, y obedecer sólo en Dios.
Todos tenemos renuncias, al elegir excluímos todo lo demás, si somos sinceros.
No podemos andar el camino sin medir las fuerzas, ésta es una batalla, y sin considerar al enemigo caminamos desprovistos de defensas.
Decidirse por Dios, desata fuerzas de oposición al Reino.
Vienen las contradiccones, las confusiones, los tropiezos, las perezas, aveces parece todo confabularse para hacernos creer que está mal decidirse por Dios, porque sus matemáticas salen en números rojos:
¿dónde están las bienaventuranzas para tus elegidos?
¿donde está la Paz que prometes a quienes te confiesan como Señor?
¿porqué si quiero amar a mi enemigo, al que me ofende no sirve
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Coincidir es milagroso cuando se busca y se encuentra el mismo rayo de Luz. Clara Lenz