Comencé a darme cuenta de que yo ya no era lo que tu eras para mí
y además tus mentiras te ayudaron a descolocarte de mi alma
estabas tan dentro mío que podía escuchar lo que pensabas
sentir lo que sentías, y creer lo que no eras
para no anticiparme al dolor de saber y reconocer al mismo tiempo
que tus promesas se habían caído en el fango del abandono
que tus manos habían tomado otras
porque de tus ojos, puertas del alma;
ya me había dado cuenta
que volaban de mí hacia otras, parcial o completamente,
pero quería creer en tus promesas porque me las dijiste tú,
con esos ojos de niño perdido con los que te conocí
y con esa voz de terciopelo que ya no existe más
hoy es una especie de silvido de cuervo cuando te enojas
y te enojas tanto que ya no tienes voz de terciopelo.
Entonces comencé a irme de tí , dame mi mano, dame mi atención a Dios
dame mi pensamiento que era para tí tanto tiempo,
dame el cielo que veía antes de querer ser tuya
dame a mí .Dios me rescata de la ignominia de haberle perdido de mi centro
El que te conoce perfectamente me dejó vislumbrarme ante tí
y vislumbrarte ante mí y a ambos ante El.
Nadie soporta por un segundo ser el dios de otro o de otra
ni se soporta endiosar a criatura alguna sin caer en la tiranía
del desconcierto y de la tristeza
de haberlo dado "todo" y no ser correspondido
y no es porque el dios encuestión no quiera
es porque NO PUEDE AUNQUE QUIERA.
Y entonces viene Dios y pone luces y guerra
y deja ver el barro y lo podrido y la traición.
Me fuí de tí cuando ya no vivía en tu corazón
¿quise ser tu dios? tal vez cuando em decías que me amas
y que me prometes, y que estás y que soy y que eres lo que dices ser
pero yo ya tengo otros ojos y puedo verte como me veo
el sacramento ayuda tanto estas fuera de mí ahora
porque Dios ha tomado su lugar perdido por mí en mí.
Me ha reanimado y me dice que si no amo a Dios sobre todas las cosas
las cosas me gobernarán y las personas y las situaciones
y su tiranía será insoportable, pero quedaré ciega un tiempo largo
por no defender a mi Dios ni su lugar ni su honra
y viviré por años en el desierto de mi decisión vagabunda de mí misma.
Ni siquiera fuiste totalmente tú el culpable
fuí yo y mi falta de nobleza ante Dios.
Acaso mis súplicas doloridas porque el dios que me escogí
me maltrata, ¿no habría de escucharlas mi Dios verdadero?
El ha venido a salvarme y conmigo a tí y a nuestros hijos
El es mi Dios, mi creador. Acepto mi criaturalidad y acepto su inmensurable misterio y dejo de ofrecerle mi alma a nada que no sea El.
Adiós de mí, adiós de tí.
Dios para los dos.
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Coincidir es milagroso cuando se busca y se encuentra el mismo rayo de Luz. Clara Lenz