Esa tarde algo sentí, había pasado algo grave dentro mío, lo peor era que tú estabas dentro mío
sólo atiné a pedir un descanso a tu papá y que se llevara a tus cuatro hermanitos al parque
me senté en la cama pensativa y antes de recostarme, le recé a mis padres (muertos hacía años)
no me dejen sola, si algo pasa recen por mí porfavor y me recosté
Le dije a Dios lo mismo.
era un domingo bonito de Mayo de 1997, acababa de pasar mi fiesta familiar de cumpleaños
me dormí ligeramente pero no podía soñar, sólo sentía a mi mamá tanto,
regresaron tu papá y tus hermanitos y sentí la necesidad de levantarme,
me levanté y sentí la tibieza de un líquido salir de mí
yo misma era una fuente de sangre rojísima tan viva y tan nuestra. me sentí morir.
le grité a tu papá y se preparó para llevarnos al doctor yo quería cambiar mi ropa ensangrentada
pero al menor esfurzo me desangraba más y tú conmigo, lo sé.
Salimos en el auto, te amo tanto hijito, -"Dios!! no me puedes hacer ésto, yo te ofrecí recibirte
todos los hijos que me mandaras, todos, a cambio de que no me quitaras ninguno, ¿te acuerdas Dios?...
¡Dios! ¿dónde estás? ¡salva a mi hijito!
De pronto te sentí aún vivo y quise que tus últimos instantes fueran un recuerdo de mi amor
no de mi susto y comencé a repetirte "hijito te quiero" "hijito te quiero" así hasta el hospital.
Me recibieron con un gesto de disgusto, -claro tiene ya 4 hijos_ (miradas de complicidad y desprecio)
Me subieron al quirófano, la enfermera que me alistaba mientras llegaba nuestro médico
era buena, yo lloraba tanto, le dije -"si sale el cuerpecito de mi hijo no lo tire a la basura," (ella retiraba y tiraba algodones empapados en sangre) de pronto hizo: -"¡Ah! ya salió" y le dije "guárdemelo"
Mientras estaba en esa fría plancha, pude ver:
Y nos ví caminando hacia ésa luz que sólo es luz, y tú tenías como 2 añitos, eras un lindo bebé
rellenito y alegre de ojos inteligentes y vivos, caminabas un pasito delante mío, como llevándome,
resplandecías y yo te seguía sin soltarnos las manos.
Llegamos a un umbral, donde el contraste entre la luz era más fuerte, era como una puerta de arco
y dentro de ella todo brillaba aún más,
pasaste primero sin soltarnos, dí un pequeño paso hacia adentro contigo
y sentí el beso de Dios más grande, la tibieza más perfecta, la luz que no ciega más clara,
me envolvió una dulzura inenarrable que abrigaba todo mi cuerpo
y a tí te sentí feliz, entonces nos soltamos las manos y regresé sin tí a mí.
El legrado fué cosa rápida, me preguntaron si me "bloqueaban" (estaría despierta sin dolor)
pero les exigí anestesia general, no quería ser testigo de mi desdicha como si ésta fuera la rutinade ellos. quería guardarme para mí ese sagrado lugar del silencio.
Desperté en mi cuarto y tú hijito, ya no estabas vivo conmigo. Podía sentir ése vacío enorme de tu muerte
esa no-presencia. Parecía que me habían cortado una mano y se la habían llevado al cielo.
Estaba incompleta y triste hasta el dolor más agobiante.
cuando pude , reclamé tu cuerpecito, pensando que la enfermera me habría hecho caso, NO
tu cuerpecito estaba en patología sin mi permiso, lo querían para que o analizaran los "estudantes"
y para que "yo supiera las cusas de tu muerte" A quién le importa!
Es tu cuerpecito y nadie lo va a profanar. Exijo que me lo devuelvan : y me dan un frasquito
con un líquido con tu cuerpecito perfectamente formado, dentro.
Mi mamá a quien le recé tanto al principio, tu abuelita, me dijo una vez que deben bautizarse los bebés abortados en seguida, porque estan vivos un tiempo fuera de la mamá. Y yo te quería bautizar, por eso les pedí tu cuerpecito, si tu abuelita no me lo hubiera dicho, tal vez no hubiera reclamado por él.
Salí del hospital sin instrucciones, nada, como si hubiera ido al manicurista,
como si me hubieran extripado el apéndice. (tal vez me hubieran dado una dieta especial en ése caso)
nada."haga su vida normal" ¡Qué saben ellos! Regresé a casa a decirles a tus hermanitos que ya no nacerías, que te habías ido al Cielo,
que no usarías zapatitos, ni sus juguetes, ni nada de lo que habíamos planeado.
Ellos entonces ya se iban todos a la escuela y tu papá a trabajar. Me quedaba sola por las mañanas
a llorar, a llorar y enojada con Dios lloraba: no me hiciste caso Dios mío! ¿dónde estabas mientras
mi hijo moría dentro mío? ¿Sabes lo que se siente ser la propia tumba de tu hijito?
¿No escuchaste todas mis desesperadas oraciones? ¿Dónde quedó nuestro trato?
Ni un lugar para enterrarte, para llorarte, la gente no comprende que sí eras mi hijo, porque nunca te vió.
La soledad más grande, el dolor más abismal, la tristeza de sentir que estabas y ya no estás y no pude hacer nada, o que tal vez hice algo mal y por eso ya no estás. " yi si no hubiera"... qué tormento!
Una partede mí se fué contigo para siempre, creer que uno tiene los hijos porque quiere
creer que quererlos es suficiente para que se queden, pensar en tí sin tí inevitablemente.Pero qué bueno saber a la vez que ya estabas en el Cielo, bauticé tu cuerpecito,
después supe del bautismo de deseo:
tú en el Cielo tan ansiado, tú "graduado" ya, con Dios rezas por nosotros cada día.
¿Dónde llorarte? no alcanza la ley para enterrarte, no tienes acta de haber vivido ni de haber muerto,
sólo mi vientre vacío, vacío. Y esos zapatitos que nunca dieron pasitos.
A tus hermanitos tristes, ¿cómo consolarlos? debía sobreponerme pronto y no podía.
Te llamas Rubén Esteban y te extraño todavía hijito. Hoy tendrías 14 años y 7 hermanos y hermanas.
Adorné la fachada de esa casa en que vivíamos con la Virgencita de Guadalupe,un Rosario de barro y unos ángeles tocando música,ésa era tu lápida invisible.
Y sabes lo más triste? hoy la ley de ésta ciudad, ayuda a mamás a vaciarse el vientre,
a matar al propio hijo, al abismo inenarrable de la soledad provocada culposamente,con intención y alevosía
Puedo casi oír los llantos desesperados de ésos nenes como tú,
perseguidos dentro del vientre de sus mamis, para despedazarlos vivos.
Y me duelen ellos y me duelen sus mamis que no saben lo que viene de abismo y de vacío,
de extrañar toda la vida, de contarte siempre entre los vivos sin jamás haberte visto.
Pero sin olvidarte. Han habido días en que tus hermanitosme han dicho: _"Ví a Rubén Esteban,
estaba en el coche en la sillita de bebé"- y yo les contesto-" ¿sí? y como era?"- Ellos me dicen-" así,
como nosotros pero chiquito".
No me imagino a ésas mamis haber hecho caso omiso de la angustia de sus nenes para dejarlos asesinar
por esos impostores que se dicen médicos y enfermeras, ladrones de Paz, de almas, amigos de Satán.
Rezo porque un día se acaben éstas muertes de inocentes hijito, reza conmigo por los nenes que como tú
no han nacido, pero que nadie bautiza , ni ama, ni pide sus cuerpecitos.