Cuando comienzo a despertar, una voz interna y celestial me instruye,
con frases cortas, legibles, claras.
"Tu primer apostolado es tu casa"
"Es tu tiempo de ser esposa"
"Feliz de estar aquí"
esta última frase deseo saborearla:
Es Dios ante mí, desoso de mi sonrisa, como un padre
que sabe que a su hija le dará una linda sorpresa al llegar a casa
más temprano, a horas donde ella creía que estaría sola,
con un regalo, ante la sorpresa del amor ante el amado,
con la enorme sonrisa de quien sabe que provocará
otra gran sonrisa.
Así mi Dios:
Mi Padre, presente siempre, omnipresente, eterno y veredadero,
fiel, tierno, en el abrazo sin pausa, así me ama y yo: feliz.
Feliz de estar aquí, le contesta mi alma, a todo lo que en mi vida
hay de El, : mi cuerpo, mi quehacer , mis hijos, mi mente, la calle,
los demás, su mente y sus calles.
con agradeciemiento y calidez, con amor y ternura hacia mi Padre
que me recrea con su presencia constante, vibrante, sorprendente,
hermosa, fulgurante, VIVA. En los otros, en mí misma.
Qué linda frase escuchada de mi Padre: Feliz de estar aquí,
en la vida,
en mi cuerpo
en el tiempo
en la tierra
frente al mundo
en el mundo
frente al otro
frente al misterio
frente a lo revelado
frente a mí misma
en mis talentos
en mi carisma
en el dilema
en el dolor
en la duda
en la ofensa
ante la mentira
la pobreza
el frío
la indiferencia
Feliz de estar aquí.
Porque feliz, encuentro a un Padre que me da un quehacer con todo ello,
un quehacer amante como El mismo,
un quehacer de amar al otro, al mundo,
de desear ver a Dios verdaderamente en todo sin cansancio, sin queja,
De llevar a Dios conmigo hasta la sonrisa del triste
hasta la boca del hambriento
hasta la verdad del mentiroso
hasta la templanza el vicioso
hasta la castidad del lujurioso
hasta la virtud del débil
hasta la vida del muerto por el pecado
hasta la paz del alterado
hasta la salud del enfermo de alma sobretodo
y de cuerpo
hasta el abrazo del indiferente
hasta la generosidad del tacaño
hasta la fe del sin-dios
hasta la valentía del cobarde
hasta la riqueza del pobre
hasta el amor al prójimo del egolatra.
Feliz de estar aquí, ante Dios en Dios por Dios
mi padre me despierta en la mañana y me dice :
Feliz de estar aquí: frente a tí, contigo, en tí:
amo tu sonrisa y vine a hacerte sonreír.
Desde entonces cada instante que me acuerdo,
que pienso en enojarme, en darme por vencida,
le contesto: Feliz de estar aquí, a mi hijo,
al tráfico, al error del otro, a su impaciencia,
a su cansancio, a su dolor que se enoja.
Feliz de estar aquí, compartiéndote mis letras y mis pensamientos,
feliz de tener a Dios, de ser su hija y de sentir su amor.
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Coincidir es milagroso cuando se busca y se encuentra el mismo rayo de Luz. Clara Lenz