Las mentiras son Viejas, la Verdad es eterna, mi templo es mío.

Hoy entendí que el amor es Verdad
que la mentira es veneno
que la amistad es amor
y que el veneno no se le da a quien se ama.

Hoy supe no recibir el veneno sin dejar de amar
pero no aceptando la copa amarga de la infidelidad
en mi corazón.

Hoy entendí que mi templo es sagrado
que en mí habita Dios
que su silencio es mi fuerza y su luz incandescente; mi mirada
su paz mi fuerza divina.

Que Cristo me habita y procurarle un ámbito sagrado dentro mío
es poco, de tanto que mi Señor merece.

Hoy sé que alabar a Mi Dios es más escudo,
que protege la paz interior
la buena disposición, el amor divinizado

Hoy descubrí que mi Dios me ama y me tiene en sus manos

que la ofensa no me sirve de nada

y el perdón sale por sí solo con tal de no molestar al Señor

Hoy le doy forma a mi sueño de morir

y sé que con mi templo en paz y lleno de luz
por amor a Mi Señor Jesucristo,
será más fácil entregar mi alma
en el instante flagelante de la muerte que arrebata
y nos hace habitar inevitablemente este templo que somos
aunque en vida lo hayamos ignorado
será para entonces todo lo que eres
tú y tu templo profanado o resguardado
limpio o sucio, lleno de amor o de envidia
de apego o de desprendimiento.

Eres lo que eres, te dirá la muerte
no lo que parecías o querías ser
eres en presente sin máscaras sin tiempos extra
sin adorno  ni pretexto en justicia de tí hacia tí mismo
ante la luz inmensa de la conciencia que se rebela
conocedora de todo, en paz o alterada hacia el mal.

Hoy entendí que a quien se ama no se le da veneno
Amo a mi Señor y en mi templo deseo honrarlo en amor,
en paz, en desprendimiento total de lo terreno,
en perdón y confianza en un andar pacífico y amable
con el coraje del guardián y la paz del que reza.

Te amo Dios mío, gracias Santa Madre María
por llevarme de la mano como a los niños
hasta dentro mío,al encuentro de tu amadísimo Hijo.